Campanópolis, desde una perspectiva psicoanalítica

Este es un lugar donde pocas cosas parecieran estar donde comúnmente suelen estar. Los componentes de esta aldea, no siguen la lógica de la razón, sino de la imaginación propia de su creador.



Campanópolis, es una pequeña aldea ubicada en González Catán, que se encuentra abierta al público. Fue diseñada por Antonio Campana, un empresario que, a raíz de un problema de salud, decidió retirarse del mundo de los negocios para dar rienda suelta a su fantasía. La plasmó primero en papeles y luego la materializó en distintas construcciones arquitectónicas.

Los que nos dedicamos a la evaluación psicológica y utilizamos tests gráficos, estamos habituados a interpretar las fantasías inconscientes que las personas plasman con un lápiz sobre una hoja… Pero que esos gráficos se transformen luego en edificaciones, que puedan ser recorridas y exploradas, representa una novedad fascinante.

El diseño de la aldea, en lugar de regirse por los convencionalismos (lógica formal), responde en gran medida a una lógica subjetiva, más parecida a la de los sueños. Escaleras que no llevan a ninguna parte, primeros pisos a los cuáles no hay forma de acceder, ventanas que conducen a una pared… Son sólo algunos ejemplos de lo que se puede ver. Desde el psicoanálisis podemos pensar que cada una de esas cosas tiene un sentido. ¿Sería posible descifrarlo?

Con este desafío en mente, avanzaba en el recorrido mirando mirando todo a mi alrededor, cuando de pronto… Me topé con lo que, para mí, era la síntesis perfecta de la esencia de Campanópolis: un cielorraso hecho de puertas de madera, una al lado de la otra.

 
  Cielorraso hecho de puertas de madera.

Cuando se le pide a una persona que dibuje una casa, mediante el análisis de ese gráfico uno puede hacer inferencias respecto a distintos aspectos de la personalidad del dibujante.

El techo representa el área mental y de la fantasía. Las puertas, en cambio, constituyen el medio principal de contacto con los otros. Su tamaño, por ejemplo, indica el grado de apertura que tiene un sujeto para interactuar y establecer relaciones con los demás… Teniendo esto en consideración, podemos pensar que en ese cielorraso, hecho de puertas era clave. De alguna manera ahí se encontraba simbolizado el deseo que había motorizado la construcción de la aldea: Antonio quería relacionarse con los demás a través de la expresión de sus fantasías.

La guía se me acercó y me pidió que me sumara al resto del grupo, que ya había avanzado al punto siguiente y se encontraba explorando otra perlita de Campanópolis. Accedí, no sin antes dar un último vistazo y sacar una foto al cielorraso.

Al finalizar el recorrido, vi una gran cantidad de micros. Se habían ido acumulando uno al lado del otro y aguardaban a los visitantes para llevarlos de regreso. Sonreí al darme cuenta de que, en cierta forma, el deseo de Antonio seguía vigente y, afortunadamente, se cumplía sábado a sábado.






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