En tu rutina, ¿Hay lugar para el deseo?



Apuesto a que todos tenemos en mente algo que nos gustaría realizar y que no  concretamos… 

A diario solemos poner en la lista de cosas para hacer ítems como: trabajar, estudiar, hacer las compras, cocinar, limpiar, ordenar… y demás. Actividades que, si bien son necesarias ¡No llenan nuestra alma para nada!

¿Qué ocurre cuando nuestra agenda queda reducida a ese tipo de obligaciones?... Tal vez roguemos de lunes a viernes que llegue el fin de semana, o festejemos alocadamente cada vez que tenemos un feriado o tachemos como presos los días que nos separan de nuestras ansiadas vacaciones... ¡Que encima son anuales!

¿Esta es la única forma posible de convivir con nuestra rutina?


Es entendible que el bienestar que ofrecen las vacaciones sea único. No pensar más allá de lo que tenemos ganas de hacer ese día y simplemente llevarlo a cabo es algo que regocija a cualquiera.

Si bien ese es un escenario de situación que no puede aplicarse 100% a nuestra vida diaria, tal vez tengamos que ponernos a pensar la razón por la cual, en numerosos casos, la brecha entre ambos es taaaan grande.


Los invito a revisar sus agendas ¿Figuran actividades que les gustan, los divierten o les dan placer?


Si la respuesta es "no", o la frecuencia de las mismas es baja, preguntémonos: "¿Por qué?"

Una de las respuestas más comunes es: "debido a la falta de tiempo". 


En función de argumentos muy variados consideramos que no podemos hacernos un momento para hacer determinada cosa que ansiamos: hacer deporte, comenzar la universidad, tomar clases de baile, aprender un idioma... Y, pese a que no tenemos evidencia alguna, confiamos en que en un futuro habrá un estado de situación "más propicio" para que podamos llevarlo a cabo. 


A pesar de que la vida es finita, nos comportamos como si no lo fuera, postergando una y otra vez nuestros deseos para "más adelante"... 

Lo que nos hace sentir bien es hacer cosas que añoramos... Eso nos llena de alegría, nos da fuerza, energía y vitalidad. Entonces ¿Por qué hacer de esto un permitido anual? 

Con la vorágine diaria y el ritmo que lleva actualmente la sociedad, a simple vista nuestras agendas siempre parecen un poco apretadas. A partir de esto, muchas personas comienzan asumir este fenómeno como algo inherente a la época e irremediable.
 
Sin embargo, no debemos perder de vista que cada uno tiene la potestad de elegir en qué quiere invertir su tiempo. Inevitablemente esto nos lleva a establecer prioridades. Es hora de revisar en qué medida las nuestras son saludables.



A la hora de organizar nuestra semana ¿Hasta qué punto privilegiamos lo que nos da placer? ¿Intentamos generar espacios para divertirnos en el día a día?  

El consejo "No dejes que lo urgente le quite tiempo a lo importante" es muy bueno, pero yo le agregaría algo más... Estemos atentos, porque en muchas ocasiones, aquello que rotulamos bajo la etiqueta "urgente" no lo es tanto. 

Si tenemos en cuenta que la vida es una sola, la urgencia por excelencia ¿No debería ser disfrutarla? 


Por eso les propongo que revisen sus cronogramas, seguramente pueden re-acomodar sus piezas y hacer un poco más de lugar para el disfrute. 


La famosa "cultura del sacrificio", mal entendida, puede dar lugar a una vida tortuosa.

Está en la pericia de cada sujeto buscar una fórmula propia que le permita combinar sus responsabilidades cotidianas con una buena cuota de satisfacción personal. 

Comentarios

  1. muy cierto!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    que lindo espacio para reflexionar flor!! excelente

    ResponderEliminar
  2. FLOR, ME GUSTA, DE VERDAD ME GUSTA !!!! MUY BUENO !!!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares